sábado, 29 de diciembre de 2012

Tiempo impuesto, tiempo de balances...



Creo que siempre a esta altura del año me encuentro pensando lo mismo. El tiempo, el modo en que el hombre ha encontrado para medirlo... Los usos horarios... En este preciso instante alguien duerme en medio de la noche, alguien se levanta para desayunar, alguien almuerza, alguien merienda, alguien cena, alguien se va a dormir... La tierra que gira, los usos horarios que se nos imponen... Los días que pasan... Los meses, los años... Los seres humanos que medimos el tiempo, miramos el reloj, el almanaque... Y tan así somos, que llegada esta época del año, en dónde la medida del tiempo nos indica que el año se termina, y asumimos que con eso se cierra un ciclo, y nos encontramos en el medio de balances... inútiles balances de fin de año... fin de año? Fin de qué? de un ciclo impuesto? Otra vez... Y sin embargo, acá estamos... Metidos en el engranaje que se nos impuso, pensando, balanceando, tratando de sacar una conclusión válida de todo ésto...

Y a mí esta medida de tiempo me agarra en silencio... En una terrible necesidad de silencio... De salir a caminar sola, de estar acompañada, pero en silencio... Son días de pocas palabras, palabras dichas... Quizás es el modo de ordenarlas adentro... De ordenar aprendizajes... De balancear aquello que terminamos sacando en positivo de todo este ciclo. 

"Algo habrá para aprender, y me entrego nomás al misterio..." cantan unos amigos míos (bah, a esta altura ya los considero mis amigos)... Y seguramente sea la frase que resume mi año...

Y es que a veces la vida te sacude, y te hace entender que si no la disfrutás en el medio, los fines carecen de sentido. La vida está hecha para disfrutarla, y sobre todo, para aprender, y disfrutar sus misterios.

Este año aprendí que de nada sirve planear, porque las cosas nunca salen cómo las planeas! Entonces, entregate al misterio de lo que viene, con alegría, con paz, con esperanza... y viví, y sé feliz, simplemente...

Este año aprendí que hay cuestiones, relaciones, que no tiene sentido forzar... Si alguien se acerca, o se aleja de tu vida, por algo será, quizás sus búsquedas son distintas... No tiene sentido enojarse, la vida verá si luego los vuelve a acercar, o no... Mientras seamos felices...

Este año aprendí a no esperar... A simplemente vivir, hoy, lo que me pasa, sin más... Vibrar con eso que siento, hoy, sin proyectar, sin pensar demasiado, disfrutar el momento.
Este año aprendí que ahora, hoy, acá, estoy, mañana, quien sabe...
Este año aprendí que las sonrisas que de dibujan en las caras de los que te quieren, al verte, son el regalo más grande y más hermoso del mundo... Y que los mejores regalos que uno puede hacer, no cuestan un centavo...

Este año aprendí que la crisis de los 30 no existe...

A todos los que en este aprendizaje me han acompañado, gracias por eso... Muchos de ustedes seguramente ni siquiera estén enterados de lo partícipes que han sido... Y a los que saben lo partícipes que han sido, doblemente gracias! Y por supuesto, están invitados a caminar este 2013 a la par... Algunos seguirán estando, otros se sumarán, otros... quien sabe... De eso se trata!! Por muchos más kilómetros recorridos!!

ah! Y también aprendí que hay algo que se llama meningitis viral... Y que para ello no hay vacunas que valgan! Y que si bien la cabeza duele, al parecer pasa, y no se rompe... No al menos en el sentido literal... aunque seguramente sí en otros sentidos.



lunes, 17 de diciembre de 2012

Última velada ChacKaStóN del año

Este año me ha tocado conocer a una banda de amigos... Entre otros, éstos que hacen de cada noche que los encontrás, una noche muy particular... particularmente... feliz... Eh aquí unas imágenes de la última velada del año... Y esperemos que el próximo sean muchas más!

sábado, 8 de diciembre de 2012

Actuaciones

Pero sea alegre o triste el semblante que asumamos, al adoptarlo y acentuarlo definimos nuestro humor prevaleciente. De aquí en adelante, mientras continuemos bajo el hechizo de este autoconocimiento, no solo vivimos, sino actuamos; componemos y representamos el personaje que hemos elegido, calzamos el coturno de la deliberación, defendemos e idealizamos nuestras pasiones, nos estimulamos elocuentemente a ser lo que somos, devotos o desdeñosos o descuidados o austeros; hablamos a solas (Ante una audiencia. imaginaria) y nos envolvemos graciosamente en el manto de nuestra parte inalienable. Así vestidos, solicitamos el aplauso y esperamos morir en medio de un silencio universal. Declaramos vivir de acuerdo con los elevados sentimientos que hemos manifestado, así como tratamos de creer en la religión que profesamos. Cuanto mayores las dificultades, mayor es nuestro celo. Por debajo de nuestros principios proclamados y nuestra palabra empeñada debemos esconder asiduamente todas las desigualdades de nuestro humor y nuestra conducta, y esto sin hipocresía, ya que nuestro carácter elegido es más verdaderamente nuestro que el flujo de nuestros sueños involuntarios.

Erving Goffman. La presentación de la persona en la vida cotidiana.