lunes, 27 de noviembre de 2006

La flor de mi terraza

La historia es más bien sencilla.


Carla y el Chino se fueron a Bahía Blanca, y de alguna banquina se arrancaron un girasol, con raíz y todo. Carla lo plantó en una maceta, y lo puso en la terraza de casa, en donde, debido a circunstancias extremas, no sobrevivió ni en pedo. Un año después, un hermoso yuyo, nacido en esa maceta, dió estas lindas flores blancas. Algo contrastante, entre el rojo del techo, el gris del cemento, y los edificios que nos rodean. Me gustó en contraste. Saqué esta foto. Me hizo acordar a esa frase de una canción de león que dice "que dignidad tan grande la de creer siempre en la vida, con solo ver una flor brotando entre las ruinas".





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