lunes, 29 de enero de 2007

En el aeropuerto

Manuel y Fermín dieron un paseo sobre las valijas de los recién llegados Diego y Silvia. No tenía la cámara encima, pero siempre hay a mano algún celular con camarita.
Agustina llevando a Manu y Fermín.

martes, 23 de enero de 2007

El cometa McNaught

Dijo el diaro Clarín, el 18 de enero:
"El cometa McNaught es el más brillante que atravesó el firmamento en los últimos 30 años. "

Desde la terraza de casa no se veía nada. Si dirigías la vista con rumbo sudoeste, además de las ramas del gran ligustro que está en el fondo de mi casa, se divisan sólo las tremendas torres que fueron "creciendo" alrededor nuestro en el barrio.
El sábado decidimos ir a donde tuviéramos un poco de horizonte para lograr verlo. Nos fuimos al parque Chacabuco. Apenas empezaba a atardecer y el parque estaba lleno de gente, producto de un día que habia resultado sumamente bueno. Nos arrepentimos de no haber llevado un termo y un mate (nunca se nos ocurren esas cosas hasta que estamos ahí) y cruzamos el parque armados de un banquito para apoyar el trípode de la cámara de fotos, dos cámaras digitales, y un largavistas.
La luna apenas se divisaba sobre la arboleda. Recíen empezaba el cuarto creciente, y era apenas un semicírculo brillante. A la izquierda de la luna, un poco más abajo, una estrella. Era muy brillante para esa hora de la tarde, por lo que rapidamente papá determinó que era el cometa. No valían las objeciones de que la cola no se le veía "hay que esperar que oscurezca un poco más y se va a ver" decíamos, "Si no que va a ser, venus?", "no, venus en este momento está del otro lado del sol" nos decía papá, y nosotros, cámara en mano, le sacábamos fotos a la luna, y a ese punto luminoso, supuesto cometa que, al rato, nos dimos cuenta que, efectivamente, era Venus, porque el cometa en cuestión se vió un tanto más al sur, brillando impresionantemente con su cola por encima de unos edificios. Nos quedamos un rato mirándolo, y nos volvimos a casa contentos y divertidos, por la confusión inicial, por la certeza del final.




El cometa brillando en el cielo porteño.

Vicky, Silvia, Diego, Agustina, Papá y el cometa, que parece salir de su brazo.


Venus y la luna sobre el autopista.

miércoles, 17 de enero de 2007

La ventana de Enrique Wernicke

Escribí lejos y hace tiempo...


Un cuento

Hoy me decidí. Dejé el libro de mitología griega que venía leyendo y lo fui a buscar. "Te afano los cuentos de Enrique", le dije a mi vieja, y me lo llevé.
Empecé por el prólogo, poco sabía sobre el autor, y éste sin duda me ayudaría a conocerlo un poquito mejor. Allí estaba parte de sus historia. Se hablaba de lo poco que fue conocido popularmente, a pesar de ser admirado por sus colegas, grandes colegas como Neruda, Cortázar o David Viñas. De su conducta autodestructiva, de que pensaba que era malo, de sus intentos de suicidio...
Seguí avanzando por las páginas hasta que lo encontré. Cuando leés a un autor, es difícil descubrir hasta donde las cosas que cuenta le pasaron o son inventadas. Y me encontré con este relato. Y me encontré con la imagen de mi abuela, de niña, sentada en una escalera... me encontré con esa imagen de Sofía, de Fita.... Faaaa... Hace tantos años que es Fita... Y me encontré con la relación de ella y sus hermanos... de hecho... me encontré con un hermano del cual no sabía de su existencia... y me acordé de una extensión de esa historia... de cuando Enrique la iba a buscar al colegio secundario con un amigo suyo: Rodolfo Busch... Y seguí avanzando en esa historia y sentí que ya la había leído, a pesar de ser la primera vez que la veía. Y me pareció algo increíble, algo extraño que me corría por las venas... indudablemente, la sangre...
2-7-2003


Hoy llegó para mamá, de regalo, un libro. Todos los años el laboratorio Bagó le regala uno, y éste año tocó uno de grandes fotógrafos argentinos. A mi me encanta la fotográfia, y al minuto ya lo estaba ojeando. Así me encontré mirando parte de la obra de Anatole Saderman. Las fotos tenían la particularidad de ser en su mayoría retratos de artistas tan conocidos como Quinquela Martín, o Raúl Soldi. Entre ellas, estaba la foto que me paralizó. Estaba sentada en la hamaca paraguaya en el fondo, meciéndome levemente cuando la imágen capturó mi atención, y al mirar el epígrafe me invadió esa sensación descripta en el relato que acabo de trancribir. La foto se llama "La ventana de Enrique Wernicke", y si bien no es un retrato del artista en cuestión, también resultó una buena forma de retratarlo por medio de los objetos que se lucen en la composición resultante. Acá va la imagen, no hay mucho más por decir, creo que las fotos tienen el poder de hablar por sí mismas.




lunes, 1 de enero de 2007

Felíz año nuevo!

El Mundo

Un hombre del pueblo de neguá, en la costa de colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso- reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento. y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Este es un pequeño texto de Eduardo Galeano. Espero les haya gustado. A todos los que por alguna de esas casualidades del mundo hayan caido por estos pagos cibernéticos. ¡Feliz año nuevo!!!


Siesta

El tipo tenía sueño. El tipo tenía calor.

El tipo tiene dos años y la suerte de poder tirarse a dormir en donde quiere, como quiere, y cuando quiere. Eso hizo, y le saqué ésta foto.