lunes, 24 de septiembre de 2012

Último día...


Último día de otra década que se va... la tercera...
Cerrar los ojos, tratar de no imaginar la impresión que causa saber que el número de la decena cambia de nuevo... Recordar las situaciones vividas en los cambios de década anteriores... Recordarlos como si fueran hoy... Los 10 fueron de juegos de té, y osos de felpa... Los 20 de amigos muy queridos, unos pocos... esos mismos, 10 años después... a los que se suma otro montón, agraciadamente, para los 30...
30 años de muchas cosas... Se te pasa el flashback de la vida por la cabeza, y no es crísis... no hay tal crisis, no la hubo...
Y sin embargo, estos últimos meses  fueron de un crecimiento agigantado, enorme... Demasiadas cosas vividas, sentidas... Demasiado por vivir, y por sentir...
A veces un hecho fortuito te cambia la cabeza para siempre... A veces, el simple hecho de plantearte que de un momento a otro podés no estar más... Que la vida es mucho mas frágil de lo que uno se piensa, y que entonces, más vale transitarla con felicidad, viviendo a cada instante, desprendiéndose de todo ayer que nos pesa, pensando en futuros que están ahí, al alcance de la mano, como esos pequeños proyectos que nos hacen felices, poco pretenciosos...
Caminar hacia aquello que nos hace felices, con la menor cantidad de peso posible, con la mochila vacía, casi despojada... Dar sin pensar en recibir... Dar por el sólo hecho de dar, sabiendo que, como dice León Gieco "es más vida querer regalar un poco de vida"... Siendo fieles a nuestros valores, a nuestros amigos... Disfrutando de las cosas que nos hacen felices, y que son intangibles... Detenerse un minuto a sentir el sol de la mañana en la cara, a ver cómo sus rayos se filtran a través de un vidrio, y dibujan todas las partículas que están volando en el aire... Meter las manos en la tierra, ver germinar una semilla, ver crecer una planta, ver salir esas flores... Detenerse a hacer un dibujo con tus sobrinos, a charlar con ellos, a tratar de enseñarles, algo, cualquier cosa, algo, a escuchar una canción, y bailarla, una, dos, tres... quinientas veces... Y el resto... el resto va y viene, el resto no tiene sentido si no priorizamos todo lo anterior...
Mucha gente ha pasado a lo largo de este camino... Mucha ha quedado por allí, en alguna banquina... Muchas siguen conmigo, en mi corazón, y en mi mente, alumbrándome con sus enseñanzas, con sus sonrisas... Muchas siguen físicamente, abrazándome día a día... Algunas pueden estar por ahí, colgadas de alguna palmera, pero siempre listas para bajarse cuando realmente hace falta... Todas ellas conforman quién soy yo, hoy... acá... terminando mi tercer década, entrando a la cuarta... cerrando fuerte los ojos, para soplar las velas, y que por delante haya un tres...

A todos ustedes, a quien se crea y sienta partícipe de este camino, muchas gracias.

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